La gente de Metasonix asegura que su KV-100 es un “rompe culos”, literalmente.
Es que se trata de un procesador multiefectos valvular, que “deforma” cualquier sonido que se le ingrese, a través de varias etapas de proceso:
- Una etapa básica de preamplificador
- Una etapa de modelado de onda (waveshaping - pulser) y modulación de anillo
- Un VCO
- Filtro pasabandas
- Un seguidor de envolvente, que hace de gate de la señal
- Un noise gate en la salida, que está siempre activo y es impulsado por el citado gate de señal
Además, trae bypass por relé para el circuito principal, y activación controlada por relé del VCO y el pulser, que se pueden controlar con los interruptores manuales o con interruptores de pie externos.
Sólo ocho botones permiten una gran gama de distorsión y efectos.
Este multiefecto está pensado para los guitarristas sucios, amantes de las distorsiones más extremas, ya que según la gente de Metasonix, “se merecen una enema con fuego“.